Lo que sucede en el semanario alemán Der Spiegel es un reflejo de viejas prácticas del periodismo mundial y sobretodo en países subdesarrollados como México.
Armando Enríquez Vázquez
Leo con sorpresa acerca del escándalo que existe al interior de la afamada revista alemana Der Spiegel y un pseudo periodista multipremiado a nivel nacional en Alemania e Internacional y quien se ha demostrado y confesado que inventaba muchas de las fuentes y datos de sus notas.
Claas Relotius era una de las estrellas de la revista alemana, querido por sus editores y compañeros, se pensaba en él como un excepcional periodista de 33 años, una promesa del periodismo alemán y ha resultado un fraude que expone lo que muchos sabemos y sospechamos: Las fake news no son propias de redes sociales, ni de sitios o personas con sesgo ideológico extremista que están dispuestas a publicar cualquier historia sensacionalista como verdadera. Medios de todo tipo están dispuestos. ya sea por exceso de confianza o por dinero, a difundir noticias que son totalmente falsas.
El caso de Claas Relotius cimbró las bases del periodismo europeo y sobre todo de una de las más importantes y reconocidas revistas del viejo continente. Pero lo que es más revelador del caso del periodista alemán es que todo parece centrarse en la personalidad de un milenial que buscaba y consiguió el éxito inmediato, económico y social, el carismático periodista alemán me recuerda esas personalidades sociópatas como la de Billy McFarland creador de la estafa del festival FYRE. Claas Relotius había enamorado a los editores de Der Spiegel y nadie verificaba la verdad de sus reportajes, solamente el periodista free lance Juan Moreno, de origen español, al ver que la nota que le encargó escribir a la limón con Relotius la revista alemana podía amenazar su credibilidad y carrera investigó las fuentes del alemán sorprenderse al descubrir sus mentiras. Amenazado por Relotius y de manera más sutil por los editores de Der Spiegel, intensificó sus investigaciones hasta descubrir la mentira del alemán al inventar una entrevista con los padres del jugador de futbol americano Colin Kaepernick.
Moreno de mayor edad que Relotius, por 13 años, busca también el éxito profesional, pero a través de un ejercicio ético y honesto de su profesión y carece de los premios internacionales y nacional que el alemán ha tenido que regresar ya. Lo que es peor es que casos como el de Relotius da paso a que los grupos extremistas se manifiesten desde las teorías de conspiración en contra del Establishment y no sin cierta razón.
Hoy con el elegante nombre de Fake News, inventado por el Fake presidente de Estados Unidos, se intenta desprestigiar a muchos periodistas, comunicadores, asociaciones civiles y ONG que no comulgan con gobiernos en el poder o las políticas corporativas con las que muchos intentan gobernarnos. El Presidente López Obrador con sus generalizaciones es otro promotor de esta descalificación a modo. Pero también a través de los órganos oficiales o simpatizantes de ciertos gobiernos se promueven estas Fake News, ejemplo claro es Fox News en Estados Unidos donde periodistas como Bill O’Reilly, acosador sexual de sus colaboradoras, se encargaron de inventar información a partir de exagerar notas que satisfacían o satisfacen su propia agenda o la de sus jefes. La existencia de extremistas de Derecha y de Izquierda quienes sin ningún fundamento sueltan información a diestra y siniestra en las redes sociales es similar a lo que en Estados Unidos se ve a diario en las estaciones repetidoras de Fox News y durante décadas hemos vivido en México con esos medios a los que les pagan para que no les peguen a los gobernantes. O como el vergonzoso caso que durante el terremoto de 2017 promovió Televisa al inventar a una niña atrapada entre los escombros de una escuela que mantuvo audiencias de millones de personas esperando el rescate de alguien que nunca existió, mientras había otras noticias relacionadas con la tragedia que se desvanecieron gracias a esta Fake News.
Las campañas mediáticas en contra del periodismo civil, la opinión pública y los Fake news no pueden volver a ser las mismas pues hoy esta demostrado algo que durante décadas hemos sabido que la prensa también fabrica noticias beneficiando a políticos e intereses de los grupos.
Quienes han atacado a Internet por la producción de Fake News, se olvidan de dos cosas; el carácter democrático y libre de Internet por un lado y por el otro que la estupidez, el ego, los intereses privados y de grupo no están necesariamente en la red.
Ejemplos como los Julian Assange con wikileaks o de hacktivistas como Aaron Swartz, cuya muerte nunca fue esclarecida de manera convincente son manifiestos ejemplos de los actos extremos del Establishment en contra de la libertad que impone internet. Hay que tener cuidado, ser responsable en ambos extremos de la red, pero sobre todo no olvidar que muchos de los movimientos pro libertad de expresión total que surgen en internet son muy mal vistos por gobiernos y medios falaces que demuestran que pueden cubrir la nota dura, los hechos, la noticia cruda pero nada más.
Es una tristeza es que sea Der Spiegel el medio que se vea en medio de la política de Fake News, porque es claro que existen muchos otros medios en el mundo que han hecho de retocar los hechos y las cifras la columna central de eso que llaman y creen que es periodismo.
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Armando Enríquez Vázquez
Escritor, productor de contenidos digitales y de televisión, docente y amante de los chilaquiles y de la caótica Ciudad de México.